lunes, marzo 07, 2016

Una triste historia que se puede repetir

En agosto del 2014 un joven brasileño se ahogó en el embalse de San Juan. Desafortunadamente, varias personas también han perdido la vida en la zona en los últimos años en diferentes circunstancias. Lo que prometía ser un día de ocio y diversión, se acabó convirtiendo en un día trágico para sus familias y amigos.
Inmediatamente después del accidente, intenté recabar información del SUMMA sobre los tiempos der respuesta ante el citado incidente. No dudo ni por un segundo del buen hacer de los profesionales sanitarios que acudieron a la zona a atender al ahogado. Lo que si dudo es si las medidas en vigor en la zona sean suficientes para prevenir riesgos teniendo en cuenta que es una zona muy amplia y sin acotaciones de zonas de baño. Por supuesto, hay que apelar al sentido común de las personas que visitan la zona y exigirles que no se arriesguen en una zona considerada de baño, pero con zonas claras de peligro no señalizadas adecuadamente.
El día 22 de agosto recibí una comunicación de la Comunidad de Madrid indicando que trasladaban mis cuestiones al organismo competente, el SUMMA.  Como expongo o detallo abajo:

 
Y empezó a transcurrir el tiempo sin ningún tipo de respuesta por escrito, aunque por vía telefónica me indicaron que no me darían la información al aplicar la ley de protección de datos, incluso les aclaré que no quería tener datos personas de la persona, pero no sirvió de nada.  Hasta que los activistas de Defensa Ciudadana Activa, me aconsejaron interponer un recurso de alzada ante el silencio administrativo que como concejal estaba sufriendo por parte de las administraciones. Este es el escrito que registré en abril de 2015.

En el mes de junio, me contesta el SUMMA, indicando que “la información solicitada  de acuerdo a la Ley 19/13 de 9 de diciembre de Transparencia, Acceso a la información Pública y Buen Gobierno no parece procedente”. Nada se informó sobre la apertura del expediente solicitado en mi escrito.

Recordar todo este proceso me está produciendo una enorme rabia e impotencia. Como no quería quedarme aquí, interpuse una queja en el Defensor del Pueblo, incluyendo además otros casos de silencio administrativo de otras instituciones como la Consejería demedio Ambiente de la Comunidad de Madrid y la Confederación Hidrográfica del Tajo. Finalmente el Defensor del Pueblo aceptó a trámite mi queja en diciembre de 2015 y está pendiente de elaborar la respuesta tras la comunicación del SUMMA.
Tras la admisión de la queja, el SUMMA contesta a mi petición en enero de este año. Ahora, si procede contestar aludiendo a la misma ley que, según ellos, antes no procedía. En total, 17 meses para recibir la información. He puesto todo en contexto para concluir que todo este esfuerzo no ha culminado completamente porque la carta del SUMMA es lo suficientemente ambigua para dejar dudas en el aire, a las que haré referencia luego, pero primero resumamos la información que aporta la carta, que es también valiosa:
-          El tiempo entre que transcurrió la llamada y la llegada del helicóptero fue de 22 minutos.
-          El helicóptero volvía de atender otro aviso en Aranjuez.
-          En ningún momento se habla de socorristas en la zona, si no de un “dispositivo especial”, sin especificar más datos, una UVI y ambulancia  situada en San Martín de Valdeiglesias y recursos terrestres más cercanos.

Consultando con un socorrista, éste me indicó que 22 minutos que “para atender a un ahogado es muchísimo tiempo”, “si estas sumergido más de 2 minutos y entra agua en los pulmones una persona normal muere o sobrevive con graves secuelas”. Las noticias son confusas sobre si fue atendido por bañistas o por algún cuerpo de emergencias más especializado. Es posible que el bañista cometiera alguna imprudencia y se alejara demasiado de una zona segura. Parece ser que estadísticamente fallecen ahogadas personas relativamente jóvenes y en buena forma física, que sufren un tirón o un calambre y no pueden alcanzar la orilla.
Pero lo sorprendente es que para una piscina de una urbanización más o menos grande, la ley exija la presencia de un socorrista y para una zona tan amplia no haya nadie vigilando de manera permanente. Matizando, este socorrista me indicó que ha habido socorristas voluntarios cubriendo el embalse algunos años, pero nada sostenido desde las administraciones públicas, que luego van a promocionar el embalse sin tomar, en mi opinión, todas las medidas de seguridad que están en su mano.
Dada las dudas que provoca esta carta, volví a registrar un nuevo escrito el pasado mes de febrero con las siguientes preguntas:
-          ¿A qué zona del embalse corresponde la actuación?
-          ¿Dónde aterrizó el helicóptero?
-     ¿Cuánto tiempo transcurrió desde que se produjo el aterrizaje hasta que se llegó al accidentado?
-          ¿Actuaron medios terrestres?
De momento no he recibido ninguna respuesta. Me da la impresión que hasta el SUMMA sabe que hicieron lo que pudieron para intentar salvar la vida dadas las circunstancias. Mi intención con todo esto es intentar que no haya ni un ahogado más en el embalse. Se puede hacer prestando más atención al entorno y tomando las siguientes acciones:
-          Acotar las zonas del pantano que sean más seguras y accesibles.
-      Colocar socorristas estratégicamente en vigilancia permanente y otro personal facilitando información de la zona a toda persona que acceda al entorno.
-          Señalización clara de las zonas peligrosas y a las que no debería accederse.
-          Planes de evacuación claros.
-          Protocolos de actuación.

Seguiré informando si se produce la siguiente respuesta del SUMMA o del Defensor del Pueblo. Esperemos que no tenga que esperar otros 17 meses…

Etiquetas: , , ,